jueves, 26 de marzo de 2009

El mar del norte

La temperatura descendía a la par del tic-tac del reloj que llevaba dentro del bolsillo derecho, pude verlo caer después.

Percibí una ausencia desde hace muchos meses, busqué las causas, inferí por un repentino cambio de lugar y clima: pero no. Creí en el mar, fue el mar… y realmente lo fue, pese al desdén versado mostrado frente a la tinta y el papel.
Abrí una pequeña caja de cartón –que fue lo único que dejé–, me costó un poco de esfuerzo no dañarla ya que si lo hacía su contenido se vería afectado también. El polo húmedo, las cartas, la agenda azul, la brújula rota, dos envolturas de caramelo, tres cuadernos llenos de garabatos y una hoja de eucalipto seco.

Números, número y más números hasta poder sentir el temblor interno con la voz más exultante que hasta el momento he escuchado.
– ¿Pasó algo?
– ¿Queirolo?

Llovían pensamientos blancos, se expandían los ecos de los ocasos, conté los meses y todo lo que había sucedido desde entonces.

A lo lejos un carro blanco atravesaba la luz de los semáforos como ráfaga, la vista comenzaba a fallarme, me ardían los ojos, se me quebraron las rodillas y perdí la fuerza que luego fue abrazada por las oleadas de su alma.

Fui arrastrado, no pude nadar para volver a la orilla, el alcohol puso mis palabras en efervescencia y nuevamente yacía en aquella dimensión –parecida a la que piso ahora– llena de sueños, tonos cian, ligereza corporal y nostalgia: el mar del norte.

Foto: The old man in the Sea de Jublin

lunes, 16 de marzo de 2009

A Varela, sombra Blanca.

La poesía peruana se vistió de luto el jueves pasado, para ser más exacto: 12 de marzo.
Blanca Varela, poetisa destacada y reconocida con los premios Octavio Paz de Poesía y Ensayo en el año 2001, Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca en el 2006 y en la XVI edición del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en año pasado, que tal vez quedan como dijes a su gran trabajo literario: esculpir los sentimientos con el barro de las palabras.

En su primer poemario Ese puerto existe -referido a Puerto de supe-, prologado por Octavio Paz en el que resalta: "Su poesía no explica ni razona". La quinta esencia mostrada sin pieles, dotada de influencia surrealista deslumbra con los años que ella muy buen ha sabido añejar bajo el disfraz de metáforas.

Mujer que ahondó en esas profundidades oscuras y líquidas, y pudo demostrarnos que las sombras no sólo pueden provocar la penumbra sino también la luz, el juego misterioso entre ellas, la división variable en cada libro que tuvo y el resto de olas magníficamente negras.

Los ecos de su voz letrada me sumergieron por instantes en borrones para escribirle:

Los borrones

Los borrones se aglomeran
en la esquina de una hoja mojada,
veo una marchita palabra
pedir clamor a la mano derecha
que deja de empuñar mis lamentos,
será parte de un riachuel
o nocturnoo quizás de los rezagos de un ente;
piedras al café,
manzanilla a los ojos
y pasadores a los bolsillos
para cuando llegue el otoño
con todo ese pútrido sabor
que alimente mis impotencias.

jueves, 5 de marzo de 2009

Feelings

Morris Albert canta... Feelings de 1975. Canción que fue interpretada por reconocidos artistas como Frank Sinatra, Elvis Presley, entre tantos; también dos de mis artistas favoritos: Ella Fitzgerald y Caetano Veloso en su disco A Foreign Sound (2004).


Mi vicio...

¿Jugamos Ping-pong?