jueves, 24 de diciembre de 2009

El sonido del 2009

Desde el año pasado que mediante este blog puedo poner el ranking -o algo así- de todas las canciones que durante el año han rondado mi cerebro.

Desde enero una marcada cantidad de canciones han sucumbido cada parte de mis pasos, es por eso que uso canciones para hacer reminiscencia de los momentos durante este año.

Las canciones que destacaron más:

PAPER PLANES - M.I.A
(De su tercer disco Kala fue sacada a promoción el 2008 y se hizo más conocida con la película Slumdog Millionaire, con un sonido hip-hop que va más a lo experimental)
I fly like paper, get high like planes

ULYSSES - FRANZ FERDINAND
(El 26 de enero sale Ulysses, del tercer disco Tonight: Franz Ferdinand de la banda que está próxima a presentarse en Lima en marzo y con el nombre del archiduque que con su muerte ocasionó La Primera Guerra Mundial)
Oh, then suddenly you know
You’re never going home

WRONG - DEPECHE MODE
(Aunque la mítica banda había jurado disolución luego del Playing the angel y Dave Gahan llevaba un disco en solitario por debajo, el duodécimo álbum Sounds of the Universe salió a la luz este año con Wrong, una desenfadada canción)
I was born with the wrong sign In the wrong house

CITARAY - MAGALY SOLIER
(Uno de los personajes más importantes del año, no sólo dio gran alegría al país con diferentes premios en festivales de cine -entre ellos el Oso de Oro- sino con su primer disco Warmi de worldmusic, mostrando una voz notable. En esta canción dos mujeres parlan: Maribel y Citaray, quienes mediante el sonido expresan sus penas)
suwa suwa atuq hina?,
pitataq suyapayanki?

I GOTTA FEELING - THE BLACK EYED PEAS
(Mi cuarteto favorito volvió a escena luego de varios años de hacer carreras como solistas. Esta vez, del disco The E.N.D. se desprende esta pachanguera canción que en agosto pudo mover las ansias del invierno limeño)
I gotta feeling that tonight’s gonna be a good night

LOLITA YA YA - NELSON RIDDLE
(Como ya he mencionado reiteradas veces, el mejor libro que he leído hasta el momento es Lolita de Vladimir Nabokov. Tuve mucha curiosidad por ver las películas que hicieron en base a esta obra. La primera dirigida por Stanley Kubrick fue la mejor que vi y su soundtrack me llamó mucho la atención y entre ellas, la canción que en su época fue muy sonada)

LYKKE LI - LITTLE BIT
(Un día prendí el televisor -cosa rara- y como es común estaba en Tv Perú y transmitían el video clip de esta canción hasta que pude encontrarlo y conocer quién era Lykke Li: lo suficientemente experimental como para gustarme demasiado. Esta canción del disco Youth novels particularmente sale de sus casillas)
A little bit in love with you

Y... por indudables y duras letras, su realizado al margen videoclip, la canción de este año es ULYSSES de Franz Ferdinand. Que la disfruten.


FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO

Que el próximo año sea...

lunes, 7 de diciembre de 2009

Entre las sombras blancas, un amigo

Unas manchas blancas en el polo verde y con el brazo tembloroso mi compañero Saúl no podía guiar el mouse de la computadora aunque el profesor concentraba en el mayor desdén posible para él; yo no podía serle indiferente, necesitaba preguntarle qué le ocurría, pero atiné quedarme callado. Luego del timbre para la hora de la comida de la tarde, ya en el baño lo observé de cerca, reía como descontrolado y cuando estaba por acercármele entró un grupo de muchachos (dos o tres años mayores que yo) y comenzaron a reírse junto a él. El rompecocos. El rompecocos ‘ta qué bravazo, palmeaban su lomo mientras su cuerpo respondía de una manera extraña, uno de ellos giró a preguntarme porqué nunca me atreví a contarles el motivo por el cual estaba sólo seis meses en aquel centro de orientación para menores. El festín comenzó, sacaron unas bolsitas transparentes con algo verdoso dentro y con un ritual extravagante las intercambiaron, uno exageraba más que el otro de dónde lo obtuvieron; Johao, vuelve a acercarse a mí y pone sobre mis manos una bolsita. Todos comienzan a reír y salen como saltando. El timbre repite su ruido para volver a los salones y nuevamente permanecía con el monitor de la computadora enfrente, Saúl ahora más tranquilo me observa y me habla en voz muy baja y entrecortada: No les hagas caso, bótalo o dámelo. El profesor se puso detrás de ambos, mencionó mi nombre y volví a mis actividades. Al otro costado, Marco, inquietado por lo dicho por Saúl comenzó a preguntarme, le conté lo que había ocurrido en el baño y sólo atinó a decirme: Yo sólo soy violín, no drogo.
Pedí permiso para salir al baño, en el tercer piso observé el cielo, la tarde seguía nublada y parecía como si no hubiesen pasado siquiera minutos desde que había entrado, las paredes de la casa colindante estaban todas plomizas, me quedé unos minutos observando dicho panorama.
Sentí un gran peso por la espalda que me impulsó al frente y caí al piso (que aún olía a cera). El profesor gritaba enojado el nombre de Saúl y me lo sacó de encima, lo sujetó fuertemente de los brazos y se lo llevó al primer piso, desde arriba escuché que le gritaban e insultaban, me levanté mientras rodeaban el lugar de lo ocurrido los de otros salones que también salieron. Me incorporé mientras Marco me hablaba precipitadamente: Si no te quitaba eso, te clavaban seis meses más. Observé desde arriba cómo todos los consejeros habían rodeado a Saúl y le hablaban a la vez, uno de ellos le enrostraba el paquete que ya no estaba en mi bolsillo, los dos señores que cuidaban el lugar aparecieron por la derecha y le lanzaron agua en la cara con unas tazas. Recordé el rostro de la mamá de Saúl que un día lloraba a su lado en el comedor y le increpaba que era mejor escaparse porque lo único que estaba ganando allí era más tiempo de condena.
Volvían a mi mente las conversaciones que mantenía con él a lo largo de la calle Trujillo cuando salíamos a las seis y media de la tarde.
Quince minutos antes de salir, al formar y rezar cuatro veces, Saúl que estaba a dos filas hacia la derecha empezó a toser algo aturdido llevando la polera mojada hasta los hombros, todos volteamos a verlo mientras uno de los consejeros lo agarró de un brazo y se lo llevó a su despacho. Marco comentó acerca de la benevolencia que tenían en ese lugar ya que en el Maranguita los bañaban con sustancias extrañas para mantenerlos calmados.

Al salir y pedir mi mochila, Johao me esperaba para preguntarme por lo ocurrido, le pedí disculpas, sin embargo su sonrisa me brindó una gran calma. Los demás vinieron y se fueron con él, pude ver bien y entre ellos estaba Saúl. Caminaba por la Alameda de los Descalzos y escuché “Rompecocos, Rompecocos”, volteé para buscar de dónde se originaban esos alaridos, el gran grupo sentado bajo la sombra de una de las estatuas de mármol de la alameda tenía a Saúl al centro y éste aspiraba algo, luego comenzó a golpearse la cabeza y una risotada al unísono llamó la atención de los transeúntes. Giré y continué mi rumbo, esperando volver a ver a Saúl al día siguiente.

viernes, 20 de noviembre de 2009

The Killers en Lima

The Killers, con un sonido que arrastra a todas las edades -por tener influencia de la música de los ochenta- se presentó ayer por la noche el Lima. No pude ir, pero eso no significa que no los haya podido ver alguna forma.
Recuerdo cuando los escuché por primera vez con Mr. Brightside el 2005 y fui rápido a comprar su disco Hot fuss y quedé alucinado con su sonido.

Hoy busqué y me llevé una buena sorpresa ya que los videos que colgaron de su concierto están en buena calidad y el sonido es (regularmente) bueno.

Aquí. Human, el primer single de su tercer álbum: Day & Age y con el que aperturaron su luminoso y vitoreado concierto.


Brandon Flowers: "Hola, nosotros The Killers. Y esta noche somos de ustedes."

Una emoción me recorrió todo el cuerpo. Espero sí poder estar presente para el concierto de Franz Ferdinand programado para marzo del próximo año.

domingo, 15 de noviembre de 2009

El impulso mayor

Pasaban los sonidos desde el fondo del reloj incesantemente, se intensificaban con forme llegaba la noche y la mañana. Una perturbación inclemente me había enajenado.Aquel cuarto lucía muy iluminado, las paredes se tornaron amarillentas, los ruidos se escondieron en alguna parte, la cortina como muerta no anunciaba nada, nada. Nada sucedía alrededor, tuve ganas de levantarme y dirigirme a la ventana de la sala, sin embargo, no sentía algún mecanismo que me impulse mediante la inercia ni cuando quise levantar los pies.
Esperé más tiempo hasta sentir ese primer motor que accione en mí como en algunas ocasiones los objetos lo hacen con mayor potencia que los humanos a los que me apego con una vehemencia infausta.
Permanecí clavado a la mañana, los carros recién saliendo para recoger pasajeros. Sólo susurros solos, aquellos que contagian vacuidad. Tarareé, la, ra, la, ra, ra, la, ra, la, la. Desde un segundo piso.
Volví a la cama y al recostarme fui posesionado por un aroma inefable. Recordé desde la noche hasta la mañana anterior mientras las sábanas cobraban vida y cubrían mi cuerpo. Lo extrañaba.
Soñé.
Al mediodía puse música y terminé de leer una crónica periodística de un anciano que llegó a los cien años y pudo obtener el mayor conocimiento de su vida: la aceptación de su propia vida como una apariencia. Pensé que lo dijo porque habrá descubierto que hay algo más grande que nos mueve y nos otorga otro estado más elevado que la vida.

¿Por qué me han mudadazo
del claustro materno
al claustro terreno,
en vez de desovarme
en agua o aire o fuego?

Carlos Germán Belli
Foto: Colorplate IV de Escher.

jueves, 22 de octubre de 2009

Él

Terminé de ponerme las zapatillas y salí presuroso, olvidaba mi fólder y tuve que dar vuelta, entonces no me quedó más y corrí. Abordé el primer carro que llevaba el logo de la universidad: Un Nadie Cae Por Él. Instintivamente me arrellané en la parte posterior, a las dos cuadras sube un señor –o al menos, estaba empezando a serlo– e inmediatamente me llama mucho la atención, impaciento porque necesitaba llegar temprano a clases, se sienta a mi lado a pesar del espacio sobrante. Giro la cabeza y su mirada estaba totalmente dirigida a un punto específico en mí, quizás más allá de lo que como careta muestra mi existencia. Algo más ocurría, desbordaba en indicios: era extraño absolutamente. Unos impulsos vehementes me congelaron, sus ojos entrecerraban con frecuencia ¿quería decirme alguna palabra? En sus labios un movimiento ligero lucía aun no lograba hacerlo con las comisuras, me detuve más viéndole la barba espesa a medio crecer, su frente reluciente y la botella de agua mineral sin gas que llevaba en manos. Tuve un déjà vu.
Continué con mi labor y saqué unas hojas que explicaban la función de las pulsiones dentro del proceso de comunicación según Julia Kristeva, no pude concentrarme y un denso aroma me otorgó más gravedad al cuerpo, hasta los transeúntes iban lentos. Giré nuevamente y sus ojos se desvanecieron como sus articulaciones, la botella de agua cayó y sentí todo su calor penetrándome por el hombro como si fuesen relámpagos. Recogí su botella, no hice nada más… ¿dónde estaba?
Mientras avanzaba recordé el sueño que tuve a los nueve años, de aquél, de él, quien llevaba a lomo e iba medio inconsciente, salíamos de alguna especie de batalla…
La libido me poseyó, el corazón latía sin control.
Levanté la mano derecha y cuando estaba por posarla en mi favorita zona erógena me toma y ejerce presión, los nervios me inhibieron, en ese segundo sobre la imaginación sus gritos se extienden; el pudor me posee, pero no reacciona y sigue sujetándome fuerte.
El nihilismo me hace cosquillas, comienzo a evaporar la significancia de lo que creía, al resolverlo aparentemente todo estaba dejando de tener esencia por no tener contacto con lo que realmente creía real. Cargado de ese ánimo, paso por la universidad.
No sé ya hasta dónde irá el coche, despierta y su voz es implacable, me pregunta qué me gusta, no le sé responder porque nunca me he sabido responder; él, igual: lo que soñaba.
Vamos.

Suena la alarma de mi celular… despierto, un nudo se me hace, no tengo ganas desprenderme de la necesidad que han provocado las sábanas sobre mi mente. Suspiro. Con pesadez hago las cosas, al salir de la ducha olfateo la palma de mis manos y un desconsuelo me enerva debido a los recuerdos olfativos de aquel sueno, es pasado, es tangible.
Llego a la universidad y nada esperado sucede, mantengo la erección más duradera en mi vida. Permanezco lacónico durante todas las clases.
Regreso a casa, estudio toda la tarde.
Me siento impotente… oscurezco.
Recibo la llamada de mi papá y voy con dirección a una empresa de transportes para recoger una encomienda, saliendo una lluvia torrencial me sorprende y arremete contra la ciudad, las veredas, los charcos y lo demás dejan mi ropa mojada.
La noche imperiosa sucumbe con esos sonidos apagados y me quedo solo otra vez.
Tocan la puerta, ¿quién?
Una vendedora que intenta echarme un maquillaje, le agradezco con simpatía y cierro la puerta.
Sigo leyendo la revista Quehacer y suena el celular.
Es Bernardo, salió temprano del trabajo y quiere salir conmigo, acepto porque tengo hambre y ganas de liberarme de aquel sueño tan caótico.
Cenamos despacio en tanto le voy contando las cosas más frívolas del día y lo tenebroso que se puso por un sueño soso. Me invita a ir a beber unos tragos, le respondo que sí, si sólo es manzanilla.
Dos de la mañana le repito, vamos a su departamento, intentamos dormir, despierto en unos minutos, él ¡estaba aquí!
Nuevamente y alguna parte de mis sucios pensamientos un motor acelera hasta mis latidos, ahora sí lograré hacer algo más contigo (pienso).
Siento el calor corporal más reconfortante que haya sentido durante todo este tiempo, el mejor sexo tanto en forma y fondo o como la poesía lo describa, estaba entre mis manos, me apasiono como si me encontrase con un viejo amor.
¿No estoy abriendo los ojos?
Dirijo mis dedos hacia mi duda y despierto.
El alba florece en las cortinas blancas y Bernardo está atento a mis movimientos y gestos, sus ojos tornaron en los de él.
Me visto y rechazo la invitación del desayuno, olvido el celular en su velador.
Salgo con dirección desconocida, siendo yo ahora un desconocido, con el quien el hombre de mis sueños hizo el amor, yo, un desconocido más para él. Tal vez sólo aparezco en sus sueños y dude de mi existencia como yo dudo de él ya que le di valor sin antes haber verificado su existencia, sólo me dejo llevar pos sus manifestaciones.
Mientras voy pensando que me falta poco tiempo para morir, me da la impresión que falta poco para conocer a él.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Placer poluto

De la cama ha brotado, necesito averiguar por qué se ha vuelto a originar aquel dolor en la zona del hígado, es urgente, está acrecentando y se expande. Me desespera. He comenzado a sudar, tengo miedo, las premociones desde hace dos semanas me toman muy fuerte, voy a morir, irremediablemente lo haré, no sé exactamente cuando y hasta tengo temor al escribir esto porque es como si estuviese alistándome para irme a la otra… la otra hoja.

En las mangas de lo no real, estuve suspendido entre torrentes de sangre, aplastando entre glándulas y membranas, frente a frente: él, el hígado; yo, la polución. Quizás así pueda separar y olvidar el dolor que estoy sintiendo.
Recibiré todas las condenas a cambio del placer poluto que otorgué ¿no puedo cambiar eso? Antonio Machado, ayúdame. Sartre, aléjate de una vez. Eros, vete. Tánatos, ¿qué esperas?

He estado escribiendo orientado a la vida finita, me he tomado en serio ese papel.
Mañana cambiaré de pensar, repito tantas veces antes de dormir. No da resultado.
Me he vuelto a enamorar, me descontrola, me ayuda a alejar esos pensamientos sucios por algunos momentos, no por todos.
Están confabulando las cosas –por no decir cuestiones del azar– que preveo una gama de eventos a posteriori, me aterra más, no tengo ganas de irme a la otra (hoja), nunca he tenido ganas de irme a la otra (página) y, sin embargo, necesito explotar, derramar la tinta cargada, dejar huella, algo que prevalezca mi nombre en la eternidad.

Siento placer al escribir, cada vez que me despierto en las madrugadas, ya sea por sed, hambre, ganas de leer, ganas de hacer el amor, ganas de no hacer nada. Es ese placer que proviene del veneno que no solo está matando mi cuerpo (el que existe como materia ahora), sino también de mi alma que está alejando a mi memoria fallida. Estoy olvidando muchos recuerdos, lo cual me da mucha impotencia, por eso escribo: porque me ayuda a controlarlo. A controlar el placer poluto.

viernes, 18 de septiembre de 2009

1 & 2

Coming to a dark end a lighting star showed up in shape of a tiny boy and made my life astonished.

Las noches han obtenido la luz suficiente para que a la mañana siguiente un par de ojos se hagan tan oscuros como el ónix.

Might rivers end as well as oceans might get dry though my loving you will never cease.

Cada tropiezo, aun las sombras adquieren lentitud y las cadenas aprietan hasta el punto de haber creído en una muerte finita.

Just day and night spoke, just they said how deeply you are into my mind, skin and soul.

Restos de lluvia que traes en el hombro. Susurros sobre tus comisuras llevas. Y papeles pintados con la transparencia del sudor.

Feeling lonely not anymore cause your coming into my life.

He creído que tu ausencia me era como el metal que se oxidaba entre la herrumbre ya existente de mi sangre porque día a día tengo que respirar.

Lost in your sea I am .feeling you current dragged into it.

Cuantas veces puedo quedarme con la mente vacía respirando de los vapores tuyos como si para llegar a abrazarte necesitara un par de pensamientos rojos.

Feel of bone and skin when think of you.

Puesta cada gota de sudor sobre los labios lascivos perdí parte de mis recuerdos mientras intentaba cruzar la noche con las ojeras.

My blood start burning when saw you feeling taking to the heaven.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Ausente anillo negro

Hoy es la primera semana que me veo como un vagabundo, parece que no recupero ni los ánimos. Hace cuatro años obtuve un anillo negro hecho de coco que desde ese momento fue una marca particular para formar mi propio perfil y lo demás, era yo si tenía siempre el anillo negro: un rasgo físico más que señalaba en cualquier parte del mundo que era yo, que existía.

El valor emocional de aquel objeto con los años aumentó de una manera insostenible y desmesurada debido a que siempre lo lleve a todas las aventuras que tuve –en algunos casos me lleva hasta la muerte–, corrí, sudé, eyaculé, dormí, nadé, volé, caminé, me ilusioné, me desilusioné, quise, no quise, lloré, reí, bailé, escribí, borré, comí, bebí, libé, abracé, golpeé, me masturbé, saludé, acaricié y más… todo con aquel anillo negro prendido de mi dedo anular derecho y ahora no sé qué me ha ocurrido. O lo sé, sí lo sé: he dejado de existir.

Me suena demasiado absurdo decir que mi existencia dependía de un objeto, pero es algo que lo puedo comprobar. No puedo salir ni a la calle, tengo miedo, siento que todo me amenaza y me desprende la duda de cualquier cosa, no puedo enseñar la mano derecha si no tengo ese rasgo, no lo puedo hacer porque no tengo mi ser, algo que acredite que soy yo con el quien estás hablando o a quién estás leyendo. He cometido una falta grave, le he dado poderes a un objeto inerte, le he otorgado vida, porque la existencia es la vida y si no existo, no estoy viviendo.

Habré soportado hasta dos días sin llevarlo conmigo, sin sentir el calor que emanaba, como si respirara y fuese el hijo que pendía al compás de mi brazo. Sin embargo, es una semana y no tengo señal alguna de su presencia. Estoy buscándome a mí mismo.

La abulia está rondándome desde que dejé de lado el objeto, clava sus asperezas de en cuando e igual, de todos modos, estoy como en un estado de sueño. Tengo ansias por revivir a través de otro objeto que cobije mi existencia.

Mi manera infiel buscó otro objeto para poder sostener de él; todo fue en vano: ya no hacen anillos como ese ahora, tienen otras formas, son irregulares, no son una circunferencia perfecta. Yo quiero otro igual al anterior. No lo puedo encontrar. Es entonces cuando viene a mí unas ganas de vomitar, me alejo un poco para hacerlo. Lloro. No he podido descargar la suficiente impotencia como para estabilizarme y seguir de frente. No he comprado nada, no he adquirido nada porque nada se le parece ahora, quizás emprenderé un viaje más largo del que esperaba, quizás pasen muchos años hasta encontrar un anillo negro igual, quizás nunca lo encuentre… hasta eso, es mejor que retome mis labores y me dirija a la universidad pensando que ahora mi cuerpo será el nuevo objeto en el que existencia se pose y antes buscar mi existencia porque sé que el anillo ha desaparecido aunque mi existencia está vagando por ahí y sólo será trabajo mío encontrarlo en la infinidad del mundo.

martes, 25 de agosto de 2009

Sobre los silencios...

No hables al menos que puedas mejorar el silencio.
Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.
Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mi me enorgullecen las que he leído.
Jorge Luis Borges

(El Facebook mediante uno de sus grupos, en este caso el de Jorge Luis Borges, es como el pequeño mundo donde puedo encontrara gente impresionante a la velocidad con que llega una llamada... Gracias a Hugo Schcolnik por el mensaje. Mientras sigo buscando Obra poética de Borges)

martes, 18 de agosto de 2009

Since love got to me

Feeling so exited
my soul missed a lot
findind a way to be alive
you are by my side
dreams of my dreams
whisper of my whispers
burning heal my lovely
lonely soul.

Might rivers end
as well as oceans might get dry
though my my loving you
will never cease.

Thanks...

martes, 4 de agosto de 2009

Ven y vete con uno

Era inesperado, no, realmente no, todo esto era parte de un sueño.Los caminos se extienden y se ofrecen a uno, se regalan si se puede decir así, pero cómo saber cuál será el mejor para lograr ciertas cosas. No, no chocaré con el azar porque si así fuera ahora nuevamente estaría pagando platos rotos.Quizás me haya separado lo suficientemente bien de aquel ser que me perturbaba las sensaciones hedonistas con tragos servidos directamente de Afrodita, sin embargo, sé que no he logrado desprenderme de aquellos ecos que por momentos me alertan y me configuran un panorama realmente asqueroso. Ojalá sea motivo, el motivo suficiente para aprender a convivir con ello y no dejar atrás a la sombra magullada que con la poca diligencia me sigue todavía. Es mejor que la acaricie, le dé los mejores para subastarla por las noches. No pediré que se vaya, pediré que esté siempre aquí, conmigo, y sea ese impedimento que me abra los ojos cuando lo necesite.
Hace una noche soñé, y recordé el sueño completo, ya que durante los últimos meses no podía recordar nada, ni lo que el día anterior había hecho. Hasta dónde había llegado. Tomé el mismo libro de siempre como si fuese a empezar y ni nostalgia me provocaba leer desde la página seis, ni me pregunté el porqué. Luego de algunos días recordé con más precisión esos hechos, no di la culpa a la deficiencia de mi ojo derecho, aunque traté de justificar esos hechos a que en este mes estaba ganando a esa masa transparente, invisible, imperceptible que el año paso me auguró tempestades: estaba soñando, sin sueño alguno; estaba comiendo, sin hambre alguna, estaba haciendo las cosas, sin un propósito alguno… estaba dejando de existir. Teóricamente dejé de existir o mis veinte años de vivencias se agotaron y desaparecí.
El tiempo para ello fue importante porque su constancia se hizo irrisoria, creo que fue un terraplén perfecto para saltar.Adónde, adonde más no exista estímulos que interrumpan mi camino.Sólo sé que el amor, siendo un invento del hombre para justificar las relaciones sexuales vanas, las diversiones un estorbo para la razón y las vivencias el líquido principal para que la electricidad surja y mueva todo. El primero motor.Entonces no queda más que escoger cualquier día del año para celebrar un año más de vida, es como tener el calendario tendido y uno tenga la oportunidad de tachar uno para verse ahí, siendo paralelamente feliz, mirando a través de esta ventana.

jueves, 30 de julio de 2009

Mañana

Cuatro de la mañana. El ojo izquierdo parpadeó un aroma cargado de alcohol fue lo primero que percibí. Giré hacia la derecha y me topé con una extensa lámina de piel. Saqué la lengua y lamí: seguía adormecido.

Seis de la mañana. Un cosquilleo en el abdomen me turbó y revolcó mi excitación en las cumbres del frío. No quise abrir los ojos porque la flojera pesaba más: fui un muñeco de trapo otra vez.

Ocho de la mañana. Mi pecho me advirtió una necesidad de calor ya que era arrasado por corrientes de aire gélido. Al cubrirme sentí las manos melosas y los labios no se salvaban: un susurro soporífero me indujo a navegar en el icástico sueño.

Diez de la mañana. La cabeza sobre un columpio iba, todo me parecía oscilar. La boca la tenía como la del Guasón y un ligero dolor me incomodaba. Abrí los ojos: una mirada empaladota atravesaba hasta el último instante que quedé inconciente.

Doce del medio día:

-Ya es hora.
-Ummm…
-Ya es hora.
-Ummm…
-Vamos a seguir durmiendo.

Escribí.

Ven las veces que tu voz
me ahogue
y
tus brazos se debiliten.

Vete los días que tu cuerpo
atardezca
y
tu ausencia sea hambruna.

Regresar con los años que perdure
el sonido de tus pasos hacia delante
y
tú seas el silencio acompañante por las noches.

Y todo el día festejé el discurso de Alan García, los 188 años de independencia de mi país, los tres meses de la falta de cordura y una despedida próxima.

martes, 14 de julio de 2009

Amorningbell

Como un sonido sale del tambor y comienza a repetirse, los recuerdos extendían sus brazos y me apartaban de la vereda por donde iba jadeante… repetía su nombre.

Espera. Las personas corrían y más yo por llegar puntual a aquella cita, la lluvia acrecentaba su volumen mientras en mi horizonte mental su rostro angustiado copaba hasta los tiempos pretéritos. A una cuadra observé su cabeza, los cabellos mojados –de los pocos que le quedan en la zona frontal– y sus mocasines marrones mojados totalmente. Me sentí un error hecho en un metro sesenta y cuatro, un error que con una sonrisa esperanzadora se volvía en nada.

La noche. Había ansiado estar acompañado para formar una gran fortaleza contra el frío nocturno, poner en ignición cada ladrillo y darle un contundente golpe a los -3º. Fue en segundo, brazos partidos, fue en minutos, piernas tejidas y un relámpago cayó sobre los cerros porque quería complacer a nuestros ojos saltarines; el revés de las pieles, donde se encuentra un pedazo de razón marchita. Me resultó más tranquilo ya que esta no era la primera vez que pasaba por algo así, las cenizas de lo anterior con uno de sus soplidos se fueron a alguna parte del gran universo. Por eso, lo quise más.

Y tendrás. Cuando se aproximaban los tres meses sus brazos quedaron más abiertos, rompieron su mesura y opté por ser sólo voz y letras. Una semana de mutismo. Estaba por saltar a la segunda hasta que no aguanté seguir sin las canciones de su espíritu, sin la candela de sus dedos, sin la exigencia de sus labios, sin el lienzo de sus ojos y volvimos a cruzar miradas: una seria, otra culpable. Del conflicto de hojas secas que tuve, pude sacar en sonidos semillas, las que luego germinaron en un acuerdo maleable para ambos.

Mi calor. Un tintineo dentro del abdomen me hizo reproducir a un alfil engrapado a un peón que nunca podrá ganarle tantas veces como su desnudez.

Repetía su nombre porque no quería que se vaya.
Porque nuevamente me he convertido en una araña sin hilos.
Porque nuevamente he perdido el piso y no me quedan alas.
Porque nuevamente he puesto en reversa.
Porque aquí estoy perdido. Más perdido que allá.
Y la cuerda que me brindó se ha hecho más tibia.

Además no tuve las palabras suficientes para explicarle que no estoy en tiempos para esto.

miércoles, 8 de julio de 2009

La pérdida del ojo derecho

El ómnibus se detuvo en medio de la carretera para que nosotros bajáremos a almorzar en uno de los restaurantes eventuales que siempre surgen en los lados laterales.

Cargado del sopor provocado por la pastilla que ingerí… iba detrás de mis amigos de la universidad que buscaban algo apetecible (como galletas de Sayón, Kola Inglesa, Queques y Tampico), pero nada nos animó así que decidimos probar algo de la carta (como arroz a la cubana, tallarines rojos, estofado, etc.) y nuevamente pensaba en la rápida variación con que podemos cambiar nuestro entorno ya que un día antes nos empachábamos comiendo en McDonald’s. Al salir, Julissa sorprendida me pasa la voz porque tenía demasiada legaña en el ojo derecho, me sobé con la mano y sentí un dolor punzante. Un dolor efímero después de todo.

Recostado, en marcha, arrellanado y mirando de reojo el paisaje tras los vidrios creo me quedé dormido. Cuando llegué a la casa de mis abuelos lo único en lo que pensé fue dormir, tiré mi maleta y me sumergí en más sueños. En la madrugada desperté porque ya mi cuerpo había dormido lo suficiente, fui a tomar un vaso de agua, prendí la luz para leer, pero no podía hacerlo –qué tenía en el ojo derecho–, busqué un espejo por cada uno de los lados del cuarto, no encontraba algo (al menos para reflejarme) hasta que me llevé la mano y algo viscoso se me impregnó, un pánico se me apoderó mientras el ojo izquierdo se veía contagiada por esa masa medio acuosa.
Perdí la vista. Perdí todo.

Busqué un poco de agua para limpiarme esa mucosidad, en tanto chocaba con cualquier objeto que se me cruzaba, caía reiteradamente, mis movimientos más torpes se lucieron. Ya en el caño pude quitarme parte de esa mascarilla, vi el agua teñida de rojo y el ojo colgándome hasta que cae y se va a la velocidad del agua por la tubería. Mi cabeza se enfriaba al contacto con el piso mientras mi rostro se terminaba de cubrir de una costra.

Cuando desperté tuve que esperar unos días para ir al oftalmólogo y echarme unas gotas en el ojo para que me baje la inflamación. No sé si soñé, o quisiera que ahora esto fuese un sueño debido a que es intolerable el dolor constante en esa zona. ¿Realmente perderé el ojo? O quedaré destinado a vivir en un sueño paralelo, en donde estoy perdiendo cada día más.
Foto: Broken eye de Joelk75 /Flickr.com

Ocho de la mañana. Estaba a dos cuadras de la universidad –específicamente, la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP)– y desde esa distancia podía divisar varios alumnos en el puente peatonal, eso de por sí era inusual, así que el primer presentimiento fue cierto: un paro debido a la sangre derramada en Amazonas había sido acatado.

El instinto me llevó a buscar a mis compañeros del salón de clases entre un gran tumulto que miraba con alegría las puertas cerradas y curiosos los escritos en los carteles que iban en contra del genocidio ocurrido estas semanas en Bagua. Pude encontrar a algunos y decidimos esperar ya que corría el rumor que luego de la marcha de un grupo universitarios todo iba a volver a la normalidad, más o menos, a las once de la mañana.
Unas horas después. Los marchantes salieron y bloquearon la carretera principal de entrada a Huancayo con piedras por muchas, muchas, muchas cuadras.
Al parecer todo iba con calma y lo ideal, la “marcha pacífica”, estaba tomando cauce mientras conversábamos con nuestro profesor de Redacción periodística y nos daba alcance de cómo buscarle un encuadre a la noticia porque nos llamó la atención ver metros más allá a un grupo de marchantes que trataban la manera de tumbar los paneles publicitarios del estado: El Perú avanza… se movía como si un temblor pasase por ahí.
El panorama tomó un aspecto soledoso y nosotros nos dirigimos hacia una cuadra paralela con dirección al río Mantaro, hasta que comenzaron a sonar tiros parecidos a los de bala y vidrios resquebrajarse, el asombro de todos al escuchar ¡disparos! inmediatamente se convirtió en desesperación. Nos tomó por sorpresa.
Los locales comerciales cercanos cerraron sus puertas y los trabajadores corrían hacia la cuadra donde nos encontrábamos, dos alumnas venían con los ojos rojos y buscaban agua para mojarse el rostro.

Por el lado derecho la muchedumbre corría como escapando de los gases lacrimógenos que los policías lanzaban, nos quedó correr hacia la izquierda, pero era tarde ya que por esa calle perpendicular también corrían alumnos, heladeros, vendedores de golosinas y señoras que habían salido de compras seguidos de una lluvia de piedras que se hacían espacio entre toda la humareda.
Estábamos encerrados.

Entonces las formas de verle un encuadre a todo eso comenzaron despertar mis reminiscencias de las últimas semanas.


La nauseabunda propaganda televisiva que lanzó el Ministerio del Interior que sólo distorsionaba de una manera desfachatada información alguna de lo que ocurrió en el enfrentamiento entre amazónicos y policías. Al mismo estilo de los diarios chicha.
Las opiniones despectivas de Alan García con respecto a las etnias de la selva. Su rostro inflado y su risa sarcástica.
Los ojos sobresalientes de Mercedes Cabanillas creciendo más, más y cada vez más.
El intentar buscarle solución a este problema que deriva de una inadecuada información. Y de esto partieron unas preguntas: ¿Dónde están los antropólogos de la universidad y de las demás? Porque, claro, desde la visión de interculturas se ha olvidado el respeto que debe haber entre ellas.
La poca mesura de ambas partes.
Al final la polarización iba en aumento y la búsqueda de una concertación parecía una utopía.

Poco a poco est
aba tentado a tener una posición, pero cuando vi la cara de algunos alumnos truhanes que arremetían con piedras y celebraban como si fuese un juego de niños irracionales decidí buscar la forma de escapar porque también la nariz me comenzaba a picar y los ojos a lagrimear.
Nos subimos al primer carro que se nos cruzó y dimos vuelta cerca por las rieles que conectan Lima con Huancayo, el autobús avanzaba lentamente y podíamos ver que desde ese punto la situación se veía diferente: alumnos saliendo de las discotecas como si nada ocurría a su alrededor, otros comentando de lo que observaban y la mayoría alejándose de cualquier disturbio. Era cierto: no todas las cosas se ven igual de diferentes lados.
Cuando volvimos a la carretera giramos para ver lo que sucedía a lejos y el panorama era un gran manto blanco que ascendía, policías medrosos que corrían en retirada y la luz adoptando un claroscuro muy definido.
Pese a que ahora no tengo inclinaciones religiosas recordé parte de un poema de Petter Dass:

Dios es Dios aunque todas las tierras estén desiertas.
Dios es Dios aunque todas las gentes estén muertas…
Y con la misma emoción que terminé el día de agosto del temblor en Lima del 2007 volvía a mi casa insospechando qué es lo que ocurriría en el mañana.
Foto: Correo (edición Huancayo)
Léelo también en el Catedraonline.com

martes, 26 de mayo de 2009

Aunque pasen los años

La semana pasada Lima estuvo copada por todo cuanto fuese los Jonas Brothers, haciendo de la juventud del siglo XXI un tema principal para las conversaciones en los mercados de barrio hasta los cafecitos de las rubicundas miraflorinas. Nuevamente las tonalidades de piel se juntaron y el imperio de la juventud brilló acompañado de gritos apasionados hacia sus ídolos hasta menguar a otras generaciones que se vieron contagiadas del éxtasis y cuanta adrenalina destilan sus no coetáneas.No es la primera vez que una infinidad de jóvenes reciben con un gran rictus a sus cantantes favoritos ya que esta estructura histórica también se pudo ver en años anteriores. El 85’ del siglo pasado, Charly García puso el fuego suficiente para hervir los ánimos de la juventud de aquella época en La Feria del Hogar. En el mismo lugar, el 5 de agosto del 97’ los hermanos Servando y Florentino hicieron del delirio un paroxismo entre sudor y ojos lacrimosos de sus fanáticos (en su mayoría mujeres) como ha sido el caso con los hermanos Jonas.
Es indudable que existe algo en común entre estos tres tiempos: la efervescencia juvenil caracterizada por esa entrega exclusiva de una fan enamorada. Esto debido a nuestra cultura latina que nos diferencia –poniendo como ejemplo– de la europea: esa calidez única para recibir al extranjero.
Muchas madres sustentaban el apoyo a sus hijas basándose a experiencia propia porque en su momento no pudieron ver a sus ídolos en plena cúspide, y es cierto –aunque no quiero pecar de pájaro de mal agüero–, en el caso de los Jonas Brothers su futuro más cierto es envejecer, pasar de moda y sumergirse entre lo efímero. No será lo mismo después.
Así que sigamos viviendo de la vitalidad de las jovenzuelas sumergidas en su carpe diem, porque tal vez sus corazones algún día envejecerán.

jueves, 14 de mayo de 2009

La ilación ortográfica de Hilaria

Luego que el director del diario Correo, Aldo Mariátegui, informe de la mala ortografía en los apuntes de la congresista Hilaria Supa, miles de opiniones comenzaron a circular, a favor o contra de ambos. Es a través de esta opinión que intentaré darle ilación a dos formas de pensar distintos.
Aldo Mariátegui remarcó no tener intenciones anti-indigenista para con Hilaria Supa, sino que en este país se toleran aspectos “políticamente correctos” cuando no lo es. Pero se habrá preguntando si en el Congreso de la República la única que puede sacar pecho es Martha Hilderbrandt, o acaso los demás en apuntes simples no omiten estas precisiones ya sea por tiempo o algún otro elemento, porque recuerdo la vez que en el programa de Beto Ortiz, se mostraron demasiadas faltas ortográficas en una carta que la congresista huanuqueña, Karina Beteta, mandó por el reconocimiento que se le hizo a Magaly Medina. Entonces, si Aldo Mariátegui está a la orden de la R.A.E., pues, que vaya a supervisar los apuntes de los demás parlamentarios y si descuentan por eso: vale.
Hilaria Supa, no sólo puede formular leyes, también es una imagen que representa a muchas mujeres del país, esto debido a que en el último Censo Nacional se registra 1 millón 359,558 personas analfabetas y de este porcentaje tres de cada cuatro son mujeres y en su mayoría de la sierra. Este sigue siendo un problema que a pocos le gusta comentar, sin embargo, ahora que ha salido a flote el tema gracias a Aldo Mariátegui, podemos reflexionar al respecto y primero Alan García para que vea que se pueden evitar estos malos entendidos.
En la entrevista que le hizo Rosa María Palacios, Supa mostró un lado –tal vez– poco conocido, ya que su justificación al cargo basó en su concepción, la que como Alberto Flores Galindo manifiesta en su libro Utopía andina: “Para las gentes sin esperanza, la utopía andina es el cuestionamiento de esa historia que los ha condenado a la marginación. La utopía niega la modernidad y el progreso…”. También su deseo de superación que tuvo para aprender a escribir y leer, muestra una concepción casi bifurcada.
Ya sea si se le tomó como muestra para un caso general, no se debió mezclar con su origen y toda esa grandiosa gama quechua porque también el español merece un respeto que no debe ir más allá.
Después de todo Aldo Mariátegui hizo algo bueno: resaltar el alarmante caso del analfabetismo para que las autoridades hagan algo ya que si partimos desde ahí nuestro país logrará librarse de telarañas históricas, tanto como en el caso de Supa y su utopía indígena como los que discriminamos.

domingo, 10 de mayo de 2009

A day in Limabows

Un pronóstico del clima favorable compuso mis ánimos ya que deseaba mucho poder disfrutar mi día de descanso. La luz se filtraba por todas las oquedades del departamento de mi tía. Sospechaba que ese candor traería muchas sorpresas y así fue; Julio, mi mejor amigo desde el primer año del colegio, me pasaba la voz desde el pasadizo, la interminable conversación –como era costumbre – se interrumpió cuando Stephanye, amiga de la universidad, me llamó para confirmarme la salida que teníamos acordada hace una semana, no se me ocurrió mejor que preguntar a Julio si deseaba unirse. Con ese desdén tan característico nos dirigimos a Breña cruzando casi todos los semáforos de la avenida Brasil en luz ámbar como la tarde que surtía de anaranjado a los vidrios bruñidos de los ómnibus.
A una cuadra de llegar, Stephanye nos hacía notar su sorpresa al ver a Julio con los ojos bien abiertos. Les presenté y comenzamos a planear adonde ir, o ver La teta asustada o pasear por el Parque de la Reserva. Mientras caminábamos por la avenida Arica íbamos resolviendo hacia dónde ir, optamos por lo más barato: tomar un carro que vaya por la avenida Arequipa y pagar sólo cuatro soles para ingresar a lo desconocido. Julio sólo imaginaba por comentarios lo que eran los juegos de agua dentro del Parque de la Reserva, Stephanye seguía asombrada a todo y yo trataba de acomodarme a la expectativa de ambos.
Lo primero que hice fue sacar mi cámara de fotos ante la primera pileta que al son de Para Elisa de
Beethoven hacía del agua su mejor aliado, dándole movimientos oscilantes mientras nos dejaba boquiabiertos. Deseaba salir con los dos en la toma, vi a una policía cerca hasta que se me ocurrió comentar “hay que decirle a la tomba” –poniéndole un énfasis despectivo a “tomba”–, ella giró y a los tres las mejillas se nos llenó de rubor y aceleramos el paso a buscar mejores ángulos para posar.
Continuamos el paseo solo viendo hasta llegar a la zona donde el observador tiene que interactuar con los juegos de agua, no imaginábamos algo así, cerca habían unos vestidores, entonces dudábamos para entrar, sin embargo, preferimos arriesgarnos, Julio se quedó con los bolsos para que Stephanye y yo nos adentremos a tal juego de movimientos intempestivos de agua. Ya en la circunferencia tenía que esperar a que algunos chorros de agua cesen para continuar y llegar al centro. Vi que Stephanye me ganaba, la empujé para que se moje, pero en el momento más inesperado tenía el cuello rodeado de sus manos hasta que nos cayeron varios chorros de agua a la vez y comenzamos a mojarnos, sonó un pito y ella dijo “otra vez la tomba” –con el mismo acento que le puse al comienzo–, salimos saltando mientras Julio se iba apartando sonrojado otra vez.


Los arreboles nos cubrían y parecía que el día mediante los colores formaban las mejores metáforas para nuestras emociones, había sido fascinante luego esperar el momento que la oscuridad se asome y prendiesen las luces que le dieron al parque ese multicolor atractivo como lo es Lima con su gente.

domingo, 3 de mayo de 2009

La verdadera pandemia porcina

Los cerditos se suicidaban de uno en uno hasta que se comprobó que estos pobres animales no eran los causantes de tanta alarma, sino era una nueva cepa de virus de gripe AH1N1 que contiene material genético combinado de una cepa de virus de gripe humana, una cepa de virus de gripe aviaria -la que provocó la matanza de aves de Asia- y dos cepas separadas de virus de gripe porcina. Las metidas de pata a nivel mundial se lucieron como la del ministro de salud, Oscar Ugarte , anunciando que el Perú era un eslabón más de la psicosis mundial con lo que al día siguiente los periódicos exaltaron las emociones peruanas: todo una pandemia social proliferada para apabullar a la gente.

¿Qué será de los pícnicos gemelos Luis Carranza y Alan García? ¿Podrá uno contra el otro y todo su gabinete ya contagiado?

El grado 5:

No sólo el Grupo 5 movilizó a las masas, también la Fase 5, declarada por la O.M.S., o sea, que la pandemia ya se caracateriza por la propagación del AH1N1 de humano a humano en, al menos, dos países de una misma región. Así, por lo pronto, esperemos no llegar a forzanos en vacaciones porque sólo queda una fase más y ahí sólo se podrá controlar la cantidad que prevenir. Si también pudiesen clasificar las fases de cortinas de humo sería genial.

Que sea un buen empujoncito para que los hospitales del país mejoren y estén mejor precavidos.


Los cerdos comen vacas:

La verdadera pandemia porcina, ya la vivimos desde hace muchos años tal vez. La que deja a las vacas flacas y nos entorpece al recepcionar información. La que mata gente desde el 2005 en medio oriente. La que hace del pensamiento un dogma para forzar luego. La que nos hace las telarañas históricas más fuertes. La de las utopías indígenas que luchas contra los periodistas. La que nos muestra mediante el televisor que 2 + 2 = 5.

Y para eso los de Radiohead son buenos:


Disfrútenla.

Imagen de El Otorongo Nº 166

sábado, 18 de abril de 2009

Wrong impression

Era el verano del 2002 y Natalie Imbruglia sonaba con Wrong impression de su segundo disco White Lilies Island, pasé el segundo año de la secundaria con experiencias nuevas, una de ellas: la temporada de Leslie, mi primera musa, la que me inspiró escribir esas cartas frenéticas que luego me hacían enrojecer cuando intentaba decir "hola"... Fue un buen año después de todo, típico adolescente neófito que se enrumbaba a una especie de sortilegio de mi propio futuro.
Sueños, pesadillas, heridas, caídas, premiación, viajes, escapadas, amanecidas, sonrisas, mujeres, hombres y los años pasaron...
El invierno del 2009, estoy pensando excusar o dedicar este video, sin embargo, se me vino a la mente relatar desde cuándo viene y por qué postearla: la primera ya está, la segunda... las letras le podrán decir mis razones a quien ahora tal vez sigo queriendo.

jueves, 26 de marzo de 2009

El mar del norte

La temperatura descendía a la par del tic-tac del reloj que llevaba dentro del bolsillo derecho, pude verlo caer después.

Percibí una ausencia desde hace muchos meses, busqué las causas, inferí por un repentino cambio de lugar y clima: pero no. Creí en el mar, fue el mar… y realmente lo fue, pese al desdén versado mostrado frente a la tinta y el papel.
Abrí una pequeña caja de cartón –que fue lo único que dejé–, me costó un poco de esfuerzo no dañarla ya que si lo hacía su contenido se vería afectado también. El polo húmedo, las cartas, la agenda azul, la brújula rota, dos envolturas de caramelo, tres cuadernos llenos de garabatos y una hoja de eucalipto seco.

Números, número y más números hasta poder sentir el temblor interno con la voz más exultante que hasta el momento he escuchado.
– ¿Pasó algo?
– ¿Queirolo?

Llovían pensamientos blancos, se expandían los ecos de los ocasos, conté los meses y todo lo que había sucedido desde entonces.

A lo lejos un carro blanco atravesaba la luz de los semáforos como ráfaga, la vista comenzaba a fallarme, me ardían los ojos, se me quebraron las rodillas y perdí la fuerza que luego fue abrazada por las oleadas de su alma.

Fui arrastrado, no pude nadar para volver a la orilla, el alcohol puso mis palabras en efervescencia y nuevamente yacía en aquella dimensión –parecida a la que piso ahora– llena de sueños, tonos cian, ligereza corporal y nostalgia: el mar del norte.

Foto: The old man in the Sea de Jublin

lunes, 16 de marzo de 2009

A Varela, sombra Blanca.

La poesía peruana se vistió de luto el jueves pasado, para ser más exacto: 12 de marzo.
Blanca Varela, poetisa destacada y reconocida con los premios Octavio Paz de Poesía y Ensayo en el año 2001, Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca en el 2006 y en la XVI edición del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en año pasado, que tal vez quedan como dijes a su gran trabajo literario: esculpir los sentimientos con el barro de las palabras.

En su primer poemario Ese puerto existe -referido a Puerto de supe-, prologado por Octavio Paz en el que resalta: "Su poesía no explica ni razona". La quinta esencia mostrada sin pieles, dotada de influencia surrealista deslumbra con los años que ella muy buen ha sabido añejar bajo el disfraz de metáforas.

Mujer que ahondó en esas profundidades oscuras y líquidas, y pudo demostrarnos que las sombras no sólo pueden provocar la penumbra sino también la luz, el juego misterioso entre ellas, la división variable en cada libro que tuvo y el resto de olas magníficamente negras.

Los ecos de su voz letrada me sumergieron por instantes en borrones para escribirle:

Los borrones

Los borrones se aglomeran
en la esquina de una hoja mojada,
veo una marchita palabra
pedir clamor a la mano derecha
que deja de empuñar mis lamentos,
será parte de un riachuel
o nocturnoo quizás de los rezagos de un ente;
piedras al café,
manzanilla a los ojos
y pasadores a los bolsillos
para cuando llegue el otoño
con todo ese pútrido sabor
que alimente mis impotencias.

jueves, 5 de marzo de 2009

Feelings

Morris Albert canta... Feelings de 1975. Canción que fue interpretada por reconocidos artistas como Frank Sinatra, Elvis Presley, entre tantos; también dos de mis artistas favoritos: Ella Fitzgerald y Caetano Veloso en su disco A Foreign Sound (2004).


sábado, 14 de febrero de 2009

Ingrato, escribe.


Las sábanas me servían como embarcación en las ondulantes resacas del alcohol.
Desperté y el tono de los mensajes de texto comenzaban a provocar un barullo interminable en los oscuros lagos de mis sueños: saludos, saludos y saludos. Estaba alentado levemente –no con el afán de ufanarme por ello–, pues es grato recibir un poco de palabras de lo demás; pero no contaba con un medio para responder, así que utilizo este post para dar gracias a los que hoy tuvieron a un consuetudinario saludo.

La disposición de la lluvia sobre la ciudad o la ciudad sobre la lluvia, no logro entenderlo bien.
Hubieron tres mensajes que incluyeron un posdata: Ingrato, escribe.
Y es aquí donde se desarrolla el tema.

Luego de varios años noto cómo la información circunda al grandioso día del Amor y la amistad y no puedo escapar, ya que es inevitable recordar o entrar en un estado de hesitación ¿por qué? Porque luego de varios año poco a poco fui restándole importancia a esta fecha desde que ocurrió un cisma entre mi vanidad pueril y las agallas de mi juventud, porque no opto normalmente tomar deciciones definitivas, ya que al final las termino rompiendo, una vez intenté hacerle un silogismo: negar lo que se puede negar, sin embargo, acabé aceptando doblemente, así que recurrí a un plas estoico… saliendo otra vez en aceptación a lo que quizás me hace sentir mal y luego me haga escribir en vano.

De escribir a leer, el tiempo se encargará de destruir.Cuando inicié una nueva forma –como siempre me ha preocupado más–, en El PoeDiario todo estaba calzando la media introspecctiva ya que de lo demás parece que no puedo escribir o hablar, y por eso dejo de ser ingrato conmigo mismo, porque la sed de ver y no permanecer ciego me exige eso mero, así que disculpa por no escribir.

Por ejemplo si dijese que este post terminó, no me creería y continuase escribiendo hasta no terminar, aunque no sea evidente, sería todo falso, como creer en el amor.

Saludos y que pasen un buen día.
El hombre invisible* - Salvador Dalí, 1929
(*)Fue la primera pintura en la cual Dalí empleó imágenes dobles. En este caso se trata de una imagen a partir de otros objetos, como lo hacía el pintor Milanés Giuseppe Arcimboldo (1527-1593). Dalí sin embargo utiliza también las sombras para formar la imagen. Esta generación de imágenes múltiples será una de las características de su método paranoico-crítico.

Mi vicio...

¿Jugamos Ping-pong?