jueves, 14 de febrero de 2008

Me es extraño...


Me es extraño escribir esto, como extraño suele ser echar de menos a los sucesos compartidos plenamente en dormitadas y amaneceres incompletos cuando las cruzadas –en especial la de 1209 y la de 1269– toman tal índole que hasta de abrazos y arrumacos pasamos a batallar en razones, porque me dices es bueno ir aprendiendo de la pericia ajena hasta que quedar embaucado en una narración cautivadora: lanzas, picas, arremetedores golpes continuos, escudos, contra las espaldas, contra las rodillas rasmilladas… se hace una expresión conjunta, fascinante y sentida.

Me es extraño poder quedarme días seguidos pensando en tus hechos y deshechos, tejiendo y destejiendo a tu retorno, ¿por qué te fuiste tan lejos otra vez? ¿Por qué me quedé con las manos cruzadas? Siento que en este lapso de poco tiempo real, todas estas experiencias se han extendido a una cantidad de tiempo irreal en grandes magnitudes. Sin embargo, necesitas regresar para llevar a pasear a tu hijo y luego darte la octava escapadita conmigo.

Me es extraño seguir en desvela para verte sonreír, enjuagándote en el sumo del placer con la piel de mis desenfrenos taciturnos, para ser como el litigio entre lo que está permitido y lo que no, cuando nuestras peroratas desazonan los rumbos del palpable sabor a carne, cuando ya no quiero saber más de procesos judiciales, decomisos y embargos y tú deseas embargar mis bienes eyectables.

Me es extraño ser impulsado por el misterio de poder ser el que acepte el compartirte, compartir tus dudas, tus enmarcados líos con la justicia (que no todo nunca lo resolverá), aunque quedemos libres de nuestros marcos políticos. Allá, más de madrugada de repente la sentencia será clara, clara como el One more night de Phil Collins haciendo membrudas tus piernas claras.

Me es extraño ver que ha pasado la semana y dos días que dijiste volver, y no he tenido respuesta mas ver los avisos de las mañanas veraniegas y de vez en cuando las noticias: las encrucijadas maternales, los alborotos existenciales y las altas velocidades sobre los caminos de piedra sin cemento. No me preocupa, sé que tuviste que alzar vuelo por la necesidad de tu presencia allá e impredeciblemente vas en dirección opuesta al quinto día.

Me es extraño ya no saber más y tener a un pálpito recorrer todas mis articulaciones inicuas, aunque del origen salga un nudo parecido al que nacía cuando quería decirte… en parentesco con el desaparecer, este verano ha terminado observándote en espera tras la pared donde parado con las manos cruzadas a tus espaldas me sonreíste con la advertencia de ahora negarme a compartir el luto de tu esposa, pues vivo con los reglamentos que en mí pusiste este tiempo: no permanezcas sentado con alguien o en lo que más esperas, todo acabará y seguirás sentado con la mente hacia atrás, dejando lo más importante que es vivir.

5 comentarios:

Sayuri dijo...

Mi querido niño,
Me dejas triste e intranquila con este escrito, con tu comentario en mi Blog.
¿Qué pasa en tu corazón y tu alma?
Un beso tierno

colmar dijo...

¡Que alegria hermano reencontrarnos y darnos un efusivo abrazo de verdadera amistad!
Ya veo que has cambiado tu casa haciendola más vistosa y llena de palabras como siempre.

¿Sabes? Deberiamos, todos, usar el pasado como trampolín y no como sofá.

Espero y deseo que todo te vaya bien. Nos vemos.

Tu respuesta no es la acertada pero puedes seguir participando. Te podrías llevar un archivo sorpresa si ganas.

Un abrazo amistoso y fraternal.

Tony dijo...

Sayuri: Comprender que el ser mortales puede ser tan creible y sentirlo de una manera estrepitosa, me causó un pequeño mar de voces. Contra esos susurros, la tarde y la donosura que todos los días al lado del mar se ve por aquí... allí está (sin perderme en mí mismo).

Bonsaimusic: Después de muchas lunas es un buen gusto que hayas vuelto fusionada con la temática de Milagros.
Esta vez me permití más y a ello lo que escribí que nunca definirá exactamente la concepción mundial, pero muy acertado tu comentario.
Seguiré intentando dar algo más atinado a ver si me sacó el archivín.

Anónimo dijo...

Quería también sumarme a este grupo y agradecer como siempre tus palabras.
Sobre este pálpito que acompaña tu extrañeza, esta nostálgica manera de querer sin entender los motivos de esa ruptura, te comprendo pero mejor que no te quedaras con la duda de qué hubiera pasado si no lo hubieras intentado. Supongo que los miedos, la inseguridad y los convencionalismos terminan por apagar la llama. Más no termina aquí todo, al contrario siempre la experiencia ayuda para ser más caut@s en el futuro.
Besos multicolores y divertidos!!

SANTIAGO LIBERAL dijo...

querido amigo, agradecerte tu paso por mi blog, creo que no te conocía, pero la lectura que he tenido el gusto de leer, me ha parecido muy buena, ¿que significa esto? que continuaré entrando y conociendo tu blog

Mi vicio...

¿Jugamos Ping-pong?